Un 25% aproximado de la población española ya disfruta de las ventajas de la nutricosmética a diario. Abordamos un tema de relativa actualidad, que tiene la peculiaridad de combinar dos temas esenciales: salud y belleza.

 

¿Qué es la nutricosmética?

 

Cuando hablamos de nutricosmética, nos referimos al uso de complementos alimenticios que, desde el interior de nuestro organismo y gracias a sus principios activos y micronutrientes, nos ayudan a conservar la belleza y a proteger nuestra salud.

Los nutricosméticos son productos de origen natural y legislados por la Unión Europea, que deben cumplir requisitos rigurosos de biodisponibilidad, calidad, eficacia, pureza, seguridad, sinergia y tecnología.

Como complemento alimenticio, deben incluir un mínimo del 15% del valor de referencia de las vitaminas y minerales que anuncian para considerarse nutricosméticos. Eso significa que la cantidad real de sus componentes en el producto es lo suficientemente aceptable como para alcanzar el objetivo que promociona.

Entre los componentes autorizados a formar parte de los nutricosméticos, encontramos: activos de origen vegetal o animal, ácidos grasos, antioxidantes, minerales, polifenoles y vitaminas A, B, C, D, E o K.

 

¿Cómo actúa la nutricosmética?

 

Es consabido que, tanto la belleza externa como la salud están estrechamente vinculadas a la alimentación. Pero, para estar sanos y tener un aspecto joven no es suficiente con llevar una dieta equilibrada, es necesario cuidar a nuestro organismo por dentro y por fuera, y esto supone:

  • Alimentación equilibrada.
  • Ejercicio físico.
  • Evitar tóxicos y situaciones de estrés.
  • Rutina de cuidados tópicos.
  • Complementar la dieta con nutricosméticos.

La finalidad de la nutricosmética es complementar nuestra dieta diaria para suplir las carencias que, por edad, estilo de vida, estrés, situación de enfermedad o cualquier otro factor, suponen un perjuicio para nuestro aspecto externo y nuestra salud interna.

 

Beneficios de los nutricosméticos

 

Los beneficios de la nutricosmética en el organismo, incluyen:

  • Fortalecer el sistema inmune: una cantidad idónea de nutrientes esenciales y minerales, ayuda a nuestro organismo a defenderse de agresiones externas. Cuando nuestro sistema inmune es fuerte, también potencia una piel radiante y saludable, que cicatriza con facilidad.
  • Reducir la aparición de arrugas: el aporte en ácido hialurónico, colágeno, silicio o vitaminas C y E, previene la aparición de arrugas y líneas de expresión.
  • Reforzar pelo y uñas: los polifenoles o las vitaminas A, B, D, E o K, refuerzan el epitelio del cuero cabelludo y de las uñas.
  • Proporcionar elasticidad a la piel: el colágeno, la elastina y las vitaminas B y C, contribuyen a la resistencia de la piel.
  • Reprimir la aparición de varices: algunos nutricosméticos incluyen productos como cola de caballo, extracto de vid roja, ginkgo biloba o jengibre, que alivian problemas de circulación, piernas cansadas y varices.
  • Protección solar: los nutricosméticos con betacarotenos potencian el bronceado natural de la piel y formulaciones con carotenoides, antioxidantes o vitamina D o C, complementan la acción de nuestro protector solar frente al daño oxidativo de los rayos UV.
  • Efecto anticelulítico: mediante la estimulación del metabolismo de las grasas.

 

¿Cómo usar los nutricosméticos?

 

Los nutricosméticos son complementos alimentarios por lo que, aunque podemos adquirirlos sin receta en la farmacia, deben ir supervisados por un profesional sanitario y, como ya dijimos, acompañados por una dieta equilibrada, la realización de ejercicio moderado y la supresión de tóxicos y situaciones de estrés.

Seamos realistas y tomemos consciencia de que no existen pastillas mágicas; un nutricosmético nunca hidratará e iluminará nuestra piel al instante. Para que funcione, debemos incorporarlo a nuestra rutina de belleza diaria y aprovecharnos del tándem perfecto que hacen los productos tópicos de belleza y los nutricosméticos; en unos meses empezaremos a ver los resultados.